lunes, 21 de febrero de 2011

CRESPO


CRESPO


Seguro que habrás oído hablar de Merlín. Pues tenía un hermano malvado llamado Amadeus. Se dedicaba a hacer criaturas tenebrosas. Un día creó un muñeco diabólico que se hacía llamar Caos Riadas Explosiones Seísmos Poderes Oscuros, abreviado:     Crespo.

Crespo era una criatura maligna que sembraba el caos por doquier. En uno de sus terroríficos actos, a un valiente chico lo maldijo encerrándolo en una oscura cueva. Pasaron años hasta que Amadeus se dio cuenta. Con su maligna magia convirtió la cueva en una atracción turística. El monstruo se daba gusto con todos los turistas que pasaban por allí.

Un día Carlos, un niño muy completo, se adentró en la cueva. Todo estaba oscuro y producía  miedo. Sé oían risas tenebrosas en las paredes, pasos… Después de un ratito, la criatura se abalanzó sobre Carlos con cara aterradora. El chico logró librarse y salió de la cueva. Le contó a un señor lo ocurrido y este se quedó patidifuso, no daba crédito a lo que escuchó, pero aun así le creyó.

 El señor se lo contó a una empresa demoledora y demolieron la cueva. Pero algo los detenía. Era Amadeus con su magia. En eso intervino Merlín. Amadeus, amenazante, le dijo: ¡no te metas, esto no va con tigo!

 –¡Pues claro que va conmigo, yo soy su defensor! respondió Merlín.

 –Entonces tendré que luchar contigo, murmuro Amadeus.

-¡Pues que así sea!, Grito Merlín.

 Entonces empezó la batalla entre los divinos. Se formaron huracanes, se produjeron terremotos, los volcanes escupían fuego… era el Apocalipsis. En ese momento, Crespo salió de la cueva y con dos hachas se lanzó sobre los dos magos pero… ¡zas! Un relámpago negro y otro blanco golpearon al asesino y ahí se quedó, a criar malvas.

 Pasaron los días y una chica que pasaba vio al monstruo guiñarle un ojo y sonreír. Crespo había vuelto.

Marco.

            

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